En la recuperación de cartera corporativa, el desempeño del equipo de cobranza define en gran medida los resultados financieros. Para directivos y responsables de talento, reclutar a las personas correctas es más que cubrir vacantes: es construir un motor estratégico que impacta liquidez, reputación y cumplimiento legal.
Los cobradores eficientes combinan habilidades técnicas, dominio legal y competencias blandas como negociación y manejo de objeciones. Al diseñar el proceso de reclutamiento es clave:
Definir perfiles basados en datos: Analizar historiales de desempeño y métricas de recuperación para perfilar candidatos ideales.
Evaluar competencias críticas: Implementar entrevistas por comportamientos y pruebas de resolución de conflictos que simulen escenarios reales de cobranza.
Validar integridad y confiabilidad: Revisar referencias, antecedentes y registros crediticios para garantizar seguridad y confianza en la gestión de cartera.
Incorporar formación continua: Diseñar programas de capacitación en neurocobranza, regulación legal y herramientas tecnológicas para mantener equipos competitivos.
Un equipo de cobranza de alto rendimiento no surge por azar: se construye desde la selección estratégica y se potencia con formación y métricas claras. Las organizaciones que profesionalizan este proceso no solo reducen morosidad, sino que fortalecen su posición en el mercado financiero.